29 octubre, 2009

Después del conflicto del campo, la crisis internacional, las elecciones legislativas... ¿Estamos viviendo el inicio del gobierno de Cristina?

Nunca un gobierno hizo tanto para que lo quieran. ¿A la sociedad se le pasará el enojo? Y si al final no se le pasa, ya tenemos los símbolos-leyes para la resistencia.
Según la canción infantil: el dragón pinta paisajes. Sus estilos multiformes son los modos de la vida, y los colores inigualables que emplea son las ideas con que los hombres pintan su mundo hasta aislarlo del mundo mismo: entonces comienzan los sueños. El dragón se levanta sobre los hombres, abre sus alas poderosas y alza vuelo como lo hace una idea, un deseo, el anhelo que abandona la humanidad en busca de más transparencia, de más simplicidad. Inmediatamente lo humano se recompone, vuelve a tender sus enlaces con plantas y animales, con los sucesos del clima y las alternancias de los días. El dragón se ha marchado, y es como si no hubiera sucedido nada.

CESAR AIRA

27 octubre, 2009

El testimonio más antiguo del fuego domesticado,
se encuentra en la cueva
de Zhoukoudian (China).

Cuesta pensar que muchas de las cosas que suceden se superponen en el tiempo. Hay una porción muy pequeña, de tiempo, en esta historia, que le pertenece al fuego.

En una misma escena, mientras en China -por el frío, tal vez el hambre- descubrían el fuego, de este lado del mundo los dioses nos creaban a su imagen y semejanza, para darnos las llamas robadas que al mismo tiempo, en la llanura, encendían un sol en la noche ausente de colores, incendiaban por primera vez el centenario Kápok y descubrían también el nacimiento y la muerte de los dragones, un peón espantado recuperaba la voz y perdía la vista, y se apagaba, como el fuego de una vela entre los dedos, la piel de la anciana que agregaba, sin querer, un color más al mundo.

26 octubre, 2009

17:15

Subimos a la cima del cerro del amor,
siento que pierdo el tiempo.

Si fuera Lugones pensaría
que escribir es una cuestión de Estado
como refinar el ganado
o sembrar soja.

25 octubre, 2009

De México, en éxtasis

Obama, Chespirito, México, Menem, la ley, el preimo Nobel, un rezo negro. Lo mejor que leí en un blog en mucho tiempo está acá.

24 octubre, 2009

La década de la poesía

Dicen que los '90 fue la década de la poesía. Los versos dominaron la vanguardia literaria y fue el espacio en donde se generaron los debates más intensos. A raíz de la publicación de la antología Nueva Poesía Argentina, que compiló el chicho Gustavox López y editó el señor de los anillos, Viggo Mortensen, el suplemento cultural ADN publica hoy un artículo en el que plantea el cierre de una década larga, que empezó a fines de los '80 y aún está terminando, desde la publicación de Poesía civil de Sergio Raimondi y de la trilogía de Martín Gambarotta. En el artículo, Monteleone hace un repaso, con algo de crítica, por escritores, revistas, libros, editoriales y poemas.

21 octubre, 2009

The Peronism (en busca del gen peronista)



Va el mío: nací en el '84. El peronismo de mi infancia fue, por un lado, el menemismo-cavalismo-duhaldismo del país, y por otro, el de mi abuelo paterno que llegó al país desde Italia durante la Gran Guerra: los domingos con sol, salía de la casa después de la siesta, mientras nosostros nos bañábamos en la pileta, vistiendo una camiseta blanca y gorra y decía sonriente: ¡un día peronista!.


El de mi abuelo no me interpelaba, el que yo podía entender era el de la práctica. El que me relacionaba, en mi infancia, con la plata: el cambio de los australes por los pesos. El día que me regal
aron 100 dólares y me los gasté -en el Centro de Compras- en una patineta y un muñeco de las Tortugas Ninja. El 2x1 en la Cooperativa Obrera. Las figuritas de 25 centavos. El sanguche de jamón en el recreo a $ 0,50. El miedo a perder las monedas de un peso.

El anti menemismo lo aprendí de mi papá y de la televisión. En el local de Partido Intransigente donde pasamos muchas tardes, en el acto del Frente Grande en la Plaza del Sol, con Pino. También la tarde que, mientras nosotros nos bañábamos en la pileta de la quinta, adentro escuchaban en la radio que habían matado al hijo de Menem. Con CQC, con Lanata, después con la Alianza y con Carrió.


Cuando la Alianza se volvió menemista, todo fue lo mismo. No había di
scurso histórico, no había representación posible. La primera vez que voté, voté a Carrió. Una profesora de historia, en la secundaria, decía que ella era peronista de Perón, no de Menem. Y para mí seguía siendo lo mismo que escuchar el long play de mi abuelo con la marchita. Nostalgia.

La filiación política puede llegar a través de un mandato familiar, por una militancia concreta, por rebeldía, por amor a los símbolos, por conveniencia, o puede ser un proceso de aprendizaje. No encuentro otra forma de lograr una identidad que no sea leyendo. Nunca podría ser parte de un movimiento político que tenga su propia literatura. El kirchnerismo recuperó una línea histórica más densa y representativa, le devolvió el lenguaje político a la política. El kirchnerismo me obligó a leer, para saber si pertenezco. No creo tenerlo totalmente claro todavía, no sé si soy peronista, presumo que en algún momento lo seré.

Lo que pienso, hoy, es que hay que repensar el anti menemismo -que dio como resultado el slogan de la Alianza- para entender
esta época: cuáles son las continuidades y los cambios de fondo que produjo el kirchnerismo.


20 octubre, 2009

Brillo y destino

Demo gratuito de ocho temas de Glitter and Doom Live , el nuevo disco de Tom Waits a editarse el 24 de noviembre.

17 octubre, 2009

The Peronism

En estos últimos meses, y a raíz de la publicación de la antología de cuentos sobre peronismo Un grito de corazón, se discute en blogs, revistas literarias y suplementos culturales, sobre el gen peronista de los escritores jóvenes.

Hay distintos aportes: Quintín en su columna del diario Perfil, hace una lectura bastante pobre de la antología, en la que plantea que el 70% de los narradores jóvenes son kirchneristas y los cuestiona con banalidades como esta: “Cómo se puede hablar del peronismo sin ser obrero”.
Terranova,
en Hipercrítico, le responde con mucha pericia que el sujeto histórico del peronismo es el trabajador, no el obrero -sujetos entre los que hay una gran diferencia-, aunque reclama una urgente actualización doctrinaria y tira una frase final "la literatura kirchnerista está en los blogs".

Otro que atiende a los nuevos narradores es Esteban Schmidt en Ñ. El artículo es extenso y en medio de muchas provocaciones -descalifica a los escritores llamándolos los chicos de las antologías- y simplificaciones -en el análisis del mapa político- se marcan algunas cosas interesantes. Cuando se generan modas, es importante poder poner el ojo en quién está trabajando con conciencia crítica y profundidad teórica sobre un tema y quien está prendido de la ola. Pegada a la nota de Schmidt aparece una columna de Llach, más breve e interesante:

La literatura refleja sus condiciones de producción. Veinte años de gobiernos peronistas no pueden producir si no una literatura peronista.

Y el último debate que leí se dio entre el blog Arte Política, donde a partir de una reseña se desató una discusión, un poco superficial, en los comentarios sobre qué significa pertenecer al peronismo. Luego Martín Rodríguez lo comentó en este post:

Y... yo diría que el peronismo está en el poder, en el sentido mas rancio y concreto, desde hace mucho tiempo, y que eso ni siquiera el kirchnerismo lo ha alterado. Distribuye, negocia, produce y regula las relaciones de poder argentinas. Y esa es una idea excluyente, difícil de asociar con las formas del peronismo cultural, que todavía dota a los "símbolos" de insurgencia, como Coscia cantando la marcha, una vez, y otra vez,
y otra vez.


14 octubre, 2009

La historia y el llanto

Se puede viajar al pasado mirando una foto. Ves una imagen de tu infancia y no te reconocés, pero querés saber cómo llegaste ahí. Seguís mirando a ese personaje, en forma errática, y la foto se vuelve un relato atravesado por el llanto. ¿El viaje a través de una imagen, la de un chico de cuatro años que viste un traje de Superman mal confeccionado, es un relato de la intimidad sensible o una narración política?


En una reposera, al sol, en Villa Ventana, leyendo La historia del llanto de Alan Pauls, no hay otra forma de pensar el pasado, el pasado que se presenta como ruinas, que como un relato ficcional. A través del llanto de la infancia, Pauls reconstruye un camino autobiográfico en donde queda totalmente de lado la veracidad de los hechos: lo que se pone en juego es el diálogo entre ficción y la realidad. La novela rompe con la idea de que, vivir en un mundo plagado de ficciones, signifique ir por un camino paralelo a la historia, refugiarse de la realidad. Simplemente es otra forma de realidad. Pauls confirma que se puede escribir sobre los '70 sin haber tomado las armas.

El personaje -contado desde un presente histórico, como se mira una película- viaja en triciclo desde el mundo que se presenta como ficción -el traje de Superman, la serie Los Invasores, el vecino militar- hasta la realidad política que aparece en la temprana adolescencia: la entrada al mundo político a través de los libros. Devorando la biblioteca marxista.

En el libro hay una sola fecha concreta: 11 de septiembre de 1973, el día que el ejército de Pinochet quemó el Palacio de la Moneda y terminó con la vía chilena al socialismo. Es el único hecho significativo a nivel histórico para el personaje, que lee Marx y no puede llorar ante el televisor, aunque siente que nunca el mundo ha sido tan injusto. Todo lo demás no tiene fecha, pero tiene lenguaje. La revista La causa peronista, la novia chilena,
el cantante de protesta, la escena del ascensor: son escenas que están fuera de foco, incompletas, que podrían haber sucedido o no. Donde no importan las personas, sino el estrato del lenguaje que representan.

***
[...]
¿Cuánto tarda en darse cuenta de que en él es al revés, de que ya en ese él que viendo venir a los alienígenas mira a la mujer que lo cuida y mantiene el pie quieto en el pedal, quieto hasta que se le acalambra, primero está la ficción y después la realidad, pálida, lejanísima?

[...]

Héroe en el barro

Anoche, Aimar e Higuaín hicieron un gol a lo River: la cancha impecable, la toma el Payaso y tira un pase displicente entre línaes, para que el Pipita defina bien ante la salida del arquero. Iban 2 minutos del segundo tiempo.

El festejo fue moderado, como sacarse un peso de encima:
- Gool, vamos. Ahora hay que meterle tres más.

***

Anoche, el Pocho Insúa y Palermo hicieron un gol a lo Boca: 47 minutos del segundo tiempo -los peruanos nos acaban de empatar por un despeje de taco de Mascherano dentro del área- cae una lluvia torrencial que apenas deja ver el partido, Argentina tiene un pie afuera del mundial.
Palermo no la tocó desde que entró y juega con la nariz partida. Córner para Argentina, tras una serie de rebotes le cae al Pocho, que tira un busca pie desesperado: la pelota pega en un par de jugadores y Palermo la empuja abajo del arco.

Martín Palermo, un personaje épico del fútbol actual

Locura. Este gol se festeja haciendo patito:

Diego Maradona, lejos el peor técnico que vi en la Selección

10 octubre, 2009

14:00 hs

Quiero acompañar el recorrido de
dos hojitas que se persiguen
una blanca, una violeta o roja.

Pero no puedo.
Las hojitas no existen,
no son reales.

Son dos pájaros descoloridos
que corren a mis pies;
viene un tercero y se vuelan.

Si fuera japonés
escribiría un haiku,

diría algo así como:
donde dice esto
debería decir esto otro.

08 octubre, 2009

El eterno retorno

Otro buen momento para escuchar In Rainbows de Radiohead -con auriculares- es manejando en la ruta de noche. Las luces bajas contra el asfalto, el campo que se vuelve sombra, el reflejo medio anaranjado de las luces. Como estar persiguiendo al tipo del video de Karma Police.


La ruta que va a Tornquist es divertida. Subidas, bajadas, curvas y contracurvas. Al costado el campo verde. Las vacas pastando en la verde gramilla. La siembra verde dólar. Pero lo lindo es cuando oscurece: el momento ideal para andar en la ruta escuchando Weird fishes Arpeggi.




Como dije aquella vez: es como nadar de noche. El problema es que si estás sumergido en las guitarras de Radiohead, pasás Tornquist, pasás la entrada a Sierra de la Ventana -a donde se supone que tenías que doblar- y nada importa, porque estás respirando bajo el agua. Llegás a Saavedra.

-¿Qué raro, Sierra no está en Tornquist? -preguntás.

Bajás a la banquina, y volvés.